Manantiales de agua dulce en el mar

Panorama geográfico regional/El clima desértico/Presencia del agua en el desierto de Atacama/ Condensación de neblinas/ Aprovechamiento de aguas subterráneas/ Manantiales de agua dulce en el mar/ Lluvias artificiales/ Desalación de agua de mar y salada/ Nombrando al desierto/ Los Changos: habitantes de las sombras.

En las costas con ciertas formaciones geológicas favorables a la penetración y circulación del agua, hay ríos subterráneos que dan origen a manantiales en medio del mar, donde el agua dulce asciende a la superficie sin mezclarse con la salada, por diferencias de densidad entre ambas. Estos circuitos son tan antiguos, que en el caso de Yucatán, los peces que viven ahí no tienen ojos; estas aguas dulces surgentes en el mar, proporcionan la bebida a los sirenios, o manatíes,12 que sorprendieron a los españoles, quienes creyeron que eran las afamadas y legendarias sirenas. Este fenómeno hidrológico ocurre en numerosos países, como se aprecia en las costas mediterráneas de España, Francia, Italia, Serbia, Turquía, El Líbano y Libia, pero también en América se conocen en Florida y California, en Bahamas y Yucatán, en Venezuela, en Chile y en numerosas islas y atolones del Pacífico, como ocurre en Isla de Pascua. Estas aguas surgentes en el mar se conocen en la costa de Chile desde tiempos remotos y es posible que hayan sufrido cambios debido a distintos fenómenos naturales. Lautaro Núñez y Juan Varela hace más de 40 años investigaron la relación entre los numerosos sitios arqueológicos costeros, y las posibles fuentes de agua que podrían existir en el entorno. Concluyeron que no todos los restos tenían su correspondiente aguada o pozo, y esta disminución tal vez “sería consecuencia de una menor capacidad de los espacios porales de los sedimentos o relativa impermeabilidad de los mismos, debido al rellenamiento de sales o en menor grado a una compactación por movimientos tectónicos… y su consecuencia final sería el impedimento de las aguas para llegar a la costa o su desvío hacia otros niveles (bajo el mar)”.

Testimonios más actuales recuerdan esos manantiales en el mar, que los indígenas conocían y también algunos navegantes, que recorrían estos puertos salitreros semana tras semana, hasta mediados de la I Guerra Mundial. Un oficial de la Compañía Alemana de Vapores “Kosmos”, que servía la línea a la costa americana del Pacífico, contaba que siempre apostaba con los pasajeros que podía sacar con un balde agua dulce en pleno mar, sin que el barco se detuviera, entre los puertos, donde estaban las grandes salitreras alemanas, como la Compañía Salitrera H. B. Sloman y Cía, que cargaba su salitre en Tocopilla, o la Deutsche Salpeterwerke A. G., que lo hacía en Taltal. Algo similar decía en 1975 un descendiente de los antiguos pescadores changos de Iquique; según lo que le contaban sus mayores, a quienes acompañaba a pescar, en el área de Punta Gruesa salía un río subterráneo por debajo del mar y lo mismo ocurría en la caleta de Chucumata. Estos datos no son muy distintos de lo que decía, sobre el agua de esta área, Francisco Risopatrón, en 1903.En 1975, un antiguo administrador de las Salinas de Patillos, contaba que  en Río Seco, al sur de Patillos, donde llegaba la sal desde el Salar Grande, perteneciente a la Compañía Explotadora de las Salinas de Punta de Lobos, formada en 1907, un “señor alemán descubrió un río subterráneo en la caleta, cuya agua salía a la superficie del mar a una distancia promedio de un kilómetro”, lo que asombra que no se aprovechara para la gente de la empresa y se tuviera una “Lancha Aguadora”, para traerla en contenedores de metal desde Iquique.