Las primeras denuncias de arsénico en el agua

Arsénico, un problema del pasadoLas primeras denuncias de arsénico en el agua/ Los efectos de su presencia/La eliminación del arsénico en el agua de Antofagasta

Si bien es cierto que la llegada del agua del río Toconce terminó momentáneamente con el desabastecimiento de agua potable, no es menos cierto que se creó un problema aún más grave. Al comienzo, el rumor se hizo presente soterradamente. En los encuentros sociales alguien ponía el tema: “Dicen que estamos bebiendo agua contaminada”. La seriedad del tema caía en la chacota del ambiente: “Entonces bebamos vino”. Fue el “doctor de los pobres”, Don Antonio Rendic, uno de los que denunció lo que ocurría: “los pacientes que examino —explicó el doctor— exhiben nacientes síntomas de cáncer. Lo observo en la piel y a través de ellos veo unos puntos que denuncian la existencia de arsénico en el organismo”. Sin embargo, su denuncia fue desestimada por sus propios colegas. Posteriormente, y gracias a la insistencia de la prensa, la Sociedad Médica se allanó a celebrar una reunión con la presencia delpropio Rendic. “Esta trascendental medida —comentó La Estrella del Norte en su edición del 16 de noviembre de1968— tiene la virtud de hacer justicia al primer y único médico que luchó… luchó contra la opinión de sus propios colegas para poner en alerta el mal que estaba causando el alto contenido de arsénico en el agua bebida”.

Desde ese momento, los médicos —uno por uno—fueron confirmando lo que el Dr. Rendic había denunciado: el agua que se bebía en Antofagasta tenía exceso de arsénico. También surgieron relatos horripilantes. Reaseguraba que un matrimonio de antofagastinos, radicados en España, había vivido un drama espeluznante. La señora había fallecido de una extraña enfermedad que despertó la curiosidad de los facultativos españoles que los determinó a realizarla autopsia. Resultado: había fallecido víctima de un envenenamiento por arsénico y se culpó al esposo de haberla contaminado en forma gradual. Nunca nadie dio a conocer los nombres de los protagonistas, pero abrió una mayor consciencia del drama que sesteaba viviendo a causa del agua traída de Toconce, el nuevo acueducto. La alarma movilizó a la ciudad de Antofagasta: Sindicatos, Instituciones Gremiales, Municipalidad, Centro para el Progreso y Parlamentarios se unieron para exigir al Gobierno que ubicara la forma para eliminar el veneno arsenical de las aguas que bébala población. Fue el Presidente Eduardo Frei Montalva quién, en una reunión celebrada en la Intendencia, decidió establecer plantas abatidoras de arsénico.

La primera de ellas se construyó en el Salar del Carmen en 1970.Ese año se reguló la concentración máxima de arsénico permitida en el agua a través de la norma noche 409of.70 estableciendo la medida máxima de 120 ppb, que era igual a la existente en Estados Unidos. Luego esa cantidad se redujo por una nueva norma de 1984a sólo 50 ppb.Actualmente existen tres plantas para remoción del arsénico del agua con una capacidad total de 1.500 l/si una planta de filtración directo en la ciudad de Taltal para tratar un caudal de 31 l/sacase al finalizar el siglo XX el peligro para el bienestar de sus habitantes debido al alto contenido de arsénico en el agua potable, es un asunto del pasado.