La Aguada Cerro Moreno

Sol, viento y agua/ La Aguada de Cerro Moreno/ Santos Ossa en Cobija y las primeras resacadoras de agua/ Las Aguadas de Cobija/ Orígenes del agua en Antofagasta/ El primer destilador solar de Charles Wilson/ Enrique Villegas y la conducción del agua dulce/ Las aguadas de la costa de Taltal/ Los problemas de agua con los ríos San Pedro y Polapi/ Los abrómicos/ El agua, una mirada en la historia militar del Norte Grande/ Tocopilla y el agua potable/ El precio de la porfía: la guerra de los tubos/ Una institucionalidad para el manejo del agua.

La aguada de Cerro Moreno ha sido, sin duda, la más importante en la zona de Antofagasta y Mejillones, ya que proporcionó el vital elemento a los primeros habitantes indígenas de la zona y luego, a los exploradores, navegantes y vecinos de la ciudad. Fue hito obligado de recalada para los antiguos veleros que surcaban la costa árida del norte de Chile. Igualmente, ha constituido desde antiguo un punto de referencia muy  importante en la topografía costera, en la cartografía colonial y en los estudios sobre el poblamiento temprano en el Norte de Chile. Para los pescadores indígenas de antaño, la importancia de esta “aguada” era vital, ya que no existía otra en las cercanías, salvo la “aguada” de La Chimba al interior de la quebrada homónima, frente a la isla Guamán (Norte de la ciudad de Antofagasta), pero era menos copiosa y mucho más alejada de la costa. Cuenta la leyenda que a esta misma aguada fue conducida la tripulación del corsario Francis Drake, que ancló frente a la isla Santa María por varios días para abastecerse de agua. También se dice que el mítico Juan López embotellaba el agua y la vendía con el nombre de Agua Mineral del Cerro Moreno. Francisco Vidal Gormáz, en su texto sobre la geografía náutica del litoral de Bolivia, relata meses antes de la guerra del Pacífico, que la principal aguada de la zona es la de Cerro Moreno, situada en una caverna y formada por las filtraciones que provocan la condensación de nieblas que cubren el Morro, de 1.290 metros de altura.

Años después, en 1887, en la publicación del libro “Exploración Hidrográfica del litoral de Antofagasta”, del capitán de la armada Luis Pomar, se informaba que: “La aguada [de Moreno] se halla en la costa i dentro de una caverna del cerro de 6 a 7 metros de boca por 10 de profundidad; es un tanto salobre i produce en 24 horas cosa de 3.500 litros de agua que se recoje por un tubo de  fierro; durante los meses de Mayo y Junio se seca casi del todo, según la versión de los pescadores i mineros que la explotan. El lugar del agua es  accesible por tierra, pero por el mar solo lo es en ocasiones de mansedumbre entre las rocas. Al pasar por frente de la aguada del monte Moreno, se veía claramente la grande abertura de su caverna, hallándose aposentada en ella una verdadera caravana de pescadores que entraban i salían de su interior, i que a la distancia que los veíamos parecían brotar de un oscuro i profundo antro”.

En el morro de Cerro Moreno aún existe alguna vegetación que explica la antigua existencia de guanacos en el lugar, los que bajaban en búsqueda de agua “momento en el cual los pescadores aprovechaban para cazarlos”, como relataba Luis Pomar. Dicha vegetación ha sido causa de asombro para muchos botánicos, ya que esas especies, con sus variedades endémicas, están a miles de kilómetros de sus lugares de origen, lo que indica una antigüedad muy remota para su distribución.

Vista de la caleta y localidad de Juan López.